Canción de la charanda, por Alexis Aparicio

Canción de la charanda, por Alexis Aparicio

Para la raza cósmica de la Doctores

 

La luna se prolonga en nuestros poros

y esparce su perfume de desagüe.

ANUNCIA:

Los borrachos sufridumbre, acróbatas del barro,

emprenden desbandada hacia salones de neón,

hogar del aguarrás y de los bailes trastornados.

La vida fragmentaria, difusa.

La vida que engaña con sabor a vida.

 

Buscamos el beso en cuerpos de ceniza,

convencidos que el olvido se ocultaba en el vidrio de unos brazos.

Así nos engañamos.

Porque solo la danza discrimina al dolor

que la bocina inyecta en el pecho del herido,

la ronda de cuerpos como masa.

El valor, buscamos el valor

para salir y trasplantar las llagas,

el vejamen del imperio burocracia,

la promesa no cumplida de amarnos en Silaó,

las traiciones, pendejadas, la belleza ya podrida.

Abandonarlos como se hace con un hijo:

de la manera más rastrera y egoísta.

Trasplantarlos a la carne anónima

que mañana no será más que sangre y acidez,

vergüenza, soledad, sudor,

sequía y patéticos vestigios de opulencia.

 

Solo para darnos cuenta,

sometidos al sermón hipócrita del sol,

ahítos de recuerdos vomitivos,

que eres tú, cascada que lija las gargantas,

amargo surtidor de la idiotez,

veneno que me ofrece el cielo por instantes,

el que allá, desde el silencio, nos ahoga.


Alexis Aparicio Díaz (Ciudad de México, 1999).

Estudia la licenciatura en Letras Hispánicas en la UAM Iztapasalsa. Ha publicado textos en las revistas ReverberanteMarabuntaKatabasisSaranchá e Irradiación. Escribe cuentos, ensayos y poemas feos. Su nombre es Nadie.