Pantallas Sumergidas: Red, el panda rojo de Disney-Pixar | Sergio H. García

Pantallas Sumergidas: Red, el panda rojo de Disney-Pixar | Sergio H. García

A mi madre
y las mujeres de mi familia

«Las personas contienen toda clase de ángulos,

y algunas veces son complicados. El punto

no es esconder todas las cosas malas,

sino hacerles espacio y vivir con ellas.»

Jim Lee (Papá de Mei-Mei)

 

Crecer conlleva en sí un sinfín de cambios: los huesos empiezan a adquirir mayor densidad, lo que deviene en una mayor cantidad de longitud, a su vez, los músculos se tendrán que estirar, reforzar y acoplar a las nuevas dimensiones; la piel también crece en medidas geopolíticas a grado que los labios, ojos, dedos, uñas y nariz, dejan de estar en las antiguas coordenadas y se resitúan en unas nuevas que serán perpetuas. Pero los cambios físicos, si bien son importantes y los primeros en hacerse distinguir, no son los únicos. Para la teoría de cuidado holístico, empleada por las y los enfermeros, las personas nos encontramos regidos bajo cuatro esferas que complementan la totalidad de nuestro ser: biológico, psicológico, social y espiritual. Cuando uno crece morfofisiológicamente, uno adquiere nuevos roles que suplantan a los roles de un niño, con este cambio de función en el juego social, sobrevienen nuevas herramientas para afrontar el universo nuevo que se nos presenta y junto a ello, esto en relación a cómo se desarrollen estas rasgos mencionados, se adquiere una visión del mundo, un hallazgo ante lo bueno y lo malo, un algo que quema y nos hace sentir vivos; una espiritualidad.

Todos estos cambios mencionados los encontramos en Mei-Lee, la protagonista de Red, película de Disney-Pixar estrenada durante el 2022 en su plataforma de Streaming Disney+. En esta película nos encontramos a una niña de 13 años empeñada en desarrollar muy bien su rol establecido en la familia: una niña que no da problemas, con buenas calificaciones, actividades extracurriculares, que apoya en el negocio familiar y en casa, que sigue las tradiciones familiares y sobre todo, que los honra.

Todo parece ir cómo debería ir, es decir, Mei-mei se lleva bien con su mamá, tiene un grupo de amigas con las que pasa muy buenos momentos, tiene aficiones musicales como toda niña, incluso es avergonzada por su madre como quizás todos lo fuimos alguna vez. Todo de Maravilla. Hasta que una mañana y al mero estilo kafkiano, despierta convertida en un enorme panda rojo. El Panda es gigante, imposible de pasar desapercibido, destructivo, temperamental, con olor desagradable y muy peludo. Mei-mei se da cuenta hasta que se ve en el espejo del baño. Inmediatamente la madre acude a ayudarla y piensa que es una «emergencia del crecimiento», por lo que llega con todo el cargamento de explicaciones, remedios, anti-inflamatorios, analgésicos y toallas femeninas para Mei-mei. Lo que se encuentra es con la enormidad roja. Se asustan, pero con dificultad la madre le dice que existe una «cura». Mei-mei se tranquila y logra desaparecer al Panda, el cual volverá cada vez que esta tenga una emoción fuerte.

Leí en algunos comentarios en redes sociales que la imagen del panda rojo es una metáfora a la menstruación: es rojo, conlleva conflictos emocionales, y solo les pasa a las mujeres de la familia. Y si bien, antes de ver la película creí que esto era cierto, al verla noté que no lo es del todo. Si bien, sí existen estas relaciones, no solo es eso: El panda denota cambios físicos importantes, un crecimiento físico, cambios hormonales que pueden llevar desde sentir atracción erótico-afectiva por otra persona, hasta arranques de ira, una sensación de poder, independencia, y madurez incierta; vergüenza y junto con esta, el impulso normal de ocultar las propias cosas oscuras y mostrar solo los reflejos de luz. El panda es una metáfora de la adolescencia. Una adolescencia que se ve truncada por la tradición familiar, que no deja correr los impulsos y que es reprimida causando conflictos entre madres e hijas, una y otra vez, generando círculos viciosos desde quien-sabe-cuando.

El guiño a esto es menos claro que lo del panda. Mei-mei se llama así por su madre: Ming, que quizás no rima en nombre con su propia madre, pero sí en vestimenta y en un lunar en la mejilla derecha. Las actitudes se replican en Mei-mei; se le exige a la hija entrar bajo las hormas de un rol al que quizás esta no quiere pertenecer, se juega con la manipulación emocional a grado de generar heridas que terminan por alejar a las dos partes. El arco de crecimiento de Mei-mei va en mayor medida a esto: a reconocerse como un ser claroscuro, con independencia y libertad; a identificar las actitudes que se repiten, a confrontarlas, eliminarlas y aceptar las que no se pueden eliminar. Pero primero el cambio tendrá que ser interno, no podrá crear nuevos caminos sin haber aceitado la máquina, sin haber aceptado al panda rojo, al suyo, al de su madre (más grande, rojo y enojado que el de ella porque quizás había más dolor y actitudes reprimidas en él), al de sus tías y al de su abuela.

La abuela no cambia su decisión, pero acepta a su nieta y se disculpa con su hija. El cambio se dio, los ciclos se rompieron y la normalidad jamás regresó.

Red es una de las más reciente película de Disney-Pixar, una película con gran animación que cambia y juega, una película graciosa, con moraleja como lo acostumbra Disney, que nos lleva al momento en el que muchos y muchas nos sentimos monstruos por los cambios y le dice al adolescente que fuimos y a nosotros, que todo va a estar bien.


Sergio H. García (Nayarit, México. 1995). Dirige la revista de difusión cultural Poetómanos desde 2016 y editor en Ediciones del Olvido desde 2021. Escritor de la columna musical «Ecos de habitación» publicada quincenalmente en el Periódico Poético y de la columna mensual de cine «Lenguaje para soñar en la oscuridad», publicada en Revista Alcantarilla de Mazatlán, Sinaloa. Lo han publicado en antologías como En la palma de tu mano (Zompantle. 2020), Detrás del sobre los sueños y la antología de escritores
mexicanos (Catarsis ediciones. 2020), Celestes. Antología de poesía mexicana (Winged. 2022), Diásporas del Antología de poetas mexicanos y ecuatorianos (Lunada Ediciones. 2020); así como en distintas revistas de distribución nacional como Tierra Adentro, Los demonios y los días, Revista Fósforo, Periódico Poético, Revista Zur o Revista Alcantarilla. Autor de Que Ninguna tormenta se acerque (Crisálida Ediciones, 2021) y Tengo la boca llena d tierra (Buenos Aires Poetry. 2023). Becario del programa Los Signos en rotación, Festival Interfaz ISSSTE-Cultura Guanajuato 2018, y Segundo lugar en el concurso Páramo de Sueños en 2019.