Poemas de Óscar Páez

Poemas de Óscar Páez

Desierto

Revuelvo el cielo huichol con mis manos,

danzando en el centro de mi sombra

invocando a los venados de nube.

 

En el azul  de sus cachos

cuelgan mis pellejos,

voy vibrando en las entrañas del humo,

tumbado en la noche

me van uniendo las yemas del desierto,

en la infinita vereda que recorre la serpiente

me oculto de mi nahual.

 

Voy cual peregrino,

desenfundando de sus sombras al sol

en el instante de su muerte,

sus últimos rayos llevan mi nombre

y el de mis ancestros.

 

Escucho del abuelo volcán sus recuerdos

me muestra todas mis muertes

las figuras con las que me construyo.

 

Me van infectando las moscas

aterrizan sobre mí, destruyendo mi carne,

mi ciudad de huesos.

 

Vengo de días animales,

en extraviadas estaciones

provocando ecos que repite la soledad.

 

El desierto es la sombra de mi sangre,

los restos de mi desquebrajada imagen,

todo lo que pienso emerge de él.

 

Mi nahual es mi padre transformado en perro,

mi nahual soy yo mismo

transformado en mi padre

y todo este desierto son nuestros sueños.

 

ESPASMO 1

Hay un dolor que viene arrastrándose

en la desesperación de estas lágrimas,

va absorbiendo su propia sombra,

se oculta de el sol en la alborada de esta herida,

todos los rayos que cubren el mundo

se desvanecen en su llanto

y se parten en la espalda de este bosque

donde auxilio a mi grito de infante.

 

Hay un dolor antiguo tallado en la madera de mi piel,

apolillándose con las termitas de los años,

vine desde el olvido, es un espasmo

que revienta en cada ojo,

me va provocando fuga de recuerdos

y hace que me crezcan tulipanes

al rededor de mis pestañas.

 

Hay un dolor que no es de esta carne,

pero se asoma como un perro herido

por la rendijas de esta casa,

su alarido se fermenta en lo opaco del agua

y de ella emergen figuras ajenas a mis manos

como una invocación involuntaria de mi mismo.

 

Hay un dolor que se le arrastra a la noche,

un lenguaje onírico de laberintos que sangran

por la mandíbula  abierta de mis párpados,

una mirada en pleno eclipse zurciéndome la piel

con el azufre de estas adoloridas palabras,

que van apoderándose de todo,

con su fuerza de caballos gigantes

que se coagulan en mis entrañas.


Óscar Páez ( Huatusco Veracruz México (1993) Cursa la Lic. En psicología. Estudio creación literaria en los estudios Red De Letras 2019. Y en distintos talleres de poesía. Es autor de mas de seis libros en los que destacan Armario de brevedades (Minificción, 2020) Editorial Versoterapia. Balada del Dios Atrofiado (poesía 2023) y Ladrido tallado en piedra memoria( poesía, Ediciones Awita de Chale 2023 y Niño Dawn editorial ) Finalista del Premio emergente de poesía Antonio Alatorre 2022 y el Premio Francisco Javier Estrada 2022 Poesía en Atril. Sus textos aparecen en las revistas, Granuja, Enpoli, Gato madre, Enchiridion, Poetomanos, Poetripiados, Periódico Poético, Universo de letras UNAM, Minificción, Cozmica, Carcaj, Katmesa, Golfa, Awita de chale, Campos de plumas, Bitácora de vuelos entre otras.