Los dibujos “sin presencia” de Aurora Acosta

Los dibujos “sin presencia” de Aurora Acosta

El pasado viernes 7 de julio de este 2023 se inauguró por primera vez la exposición “Recuerdos sin presencia: el caso de Joel Acosta”, de la artista mazatleca Aurora Acosta, en la galería Carlos Bueno del Museo de Arte de Mazatlán, en el estado de Sinaloa, México.

La obra consta de una serie de 28 dibujos agrupados en tres polípticos acompañados de una animación. La artista hace una recreación de la presencia de su padre desaparecido hace alrededor de treinta años, en la que su presencia es un acto vacío.

El proyecto fue apoyado por el gobierno mexicano a través de su sistema de apoyo a la creación artística, en la categoría de jóvenes creadores durante 2021-2022, en la disciplina de dibujo. Originalmente, esta propuesta visual nace a través del Diplomado de Producción y Teoría de Arte Contemporánea en Almendro Residencia, realizado en Culiacán. Posteriormente Aurora Acosta dio inicio a la producción durante el 2020, al tener la oportunidad de participar en un estudio abierto en la Galería Antonio López Sáenz (GALS), en Culiacán.

Tuvimos la oportunidad de platicar con la artista sobre este y otros proyectos, al igual con Gerardo Muñoz, máster en sociología y estudiante del doctorado en la UNAM, quien se ha especializado en memoria y violencia.

Alcantarilla Revista: ¿Cuál es tu propósito al no ponerle rostro en tus dibujos?

Aurora Acosta: En el proyecto trato de plasmar la “no presencia” de Joel (mi padre), fue desaparecido cuando yo apenas tenía dos meses de nacida, entonces realmente no tengo ningún recuerdo de él porque era muy pequeña, para mí las siluetas vacías son la verdadera representación de su presencia en mi vida.

Alcantarilla Revista: ¿Cuál es el sentido narrativo y discursivo que buscas dar con estos dibujos y tu obra en general?

Aurora Acosta: Trato de abordar las afecciones de la desaparición forzada desde una perspectiva personal, por medio de la construcción de esta no-presencia. En general mi trabajo lo abordó desde el yo y la experiencia personal, también he podido encontrar un eje en torno a la memoria y el olvido. Construir a través de la memoria.

Aurora Acosta tiene gran dominio de la técnica de dibujo, con la que le da detalles a los rostros de familiares y amigos y además, describe los espacios públicos, en un Mazatlán en el que la familia vive y tiene que vivir, pero sin la presencia de su padre, como los malecones, los cañones, las fiestas, las reuniones familiares y de más, convertidas en una imagen incompleta al puro estilo de Volver al futuro cuando el personaje evita que sus padres se conozcan y por ende van desapareciendo de las fotografías.

A pesar de que en un país como México, con tantos problemas de desaparecidos, es necesario que se visibilicen el rostro de los desaparecidos, la artista recrea desde su particular punto de vista la desaparición de alguien que no conoció pero que además, le dio la vida.

Según Gerardo Muñoz, con esta propuesta artística, Aurora rescata del olvido a su padre desaparecido:

“Se lee en la obra de Aurora Acosta el uso de herramientas teóricas pertinentes, como el concepto de memoria colectiva (Halbwachs, 2004) que permite focalizar en aquellas formas en que las sociedades recuerdan u olvidan, es decir, cómo ciertos acontecimientos, fechas, individuos, rituales, imágenes (finalmente relatos) pueden ser monumentalizados y otros no, siendo relevante mirar el surgimiento de expresiones de resistencia frente a las memorias que se vuelven dominantes en cada época.

En este caso la dolorosa ausencia de su padre Joel es rescatada del olvido (tanto propio como social) haciéndola notar en ilustraciones de la vida cotidiana donde su silueta es retratada en blanco, sugiriendo (interpreto que) ese espacio en blanco puede ser ocupado por muchísimas personas que han sido también desaparecidas, así como la advertencia de que cualquiera puede ocupar ese lugar”.

Esta exposición la pueden visitar en un horario de martes a domingos de 10:00 a 16:00 horas en el Museo de Arte de Mazatlán, de forma gratuita, en la galería Carlos Bueno. Este recinto se encuentra ubicado en la calle Venustiano Carranza esquina con Sixto Osuna, en el Centro Histórico de Mazatlán.

Finalmente, le preguntamos a la artista en qué está trabajando en el presente y nos alegra saber que continuará con la serie que visibilizar la vida de su padre y a su vez representa a muchos desaparecidos sin rostro que se pierden en el olvido.

Aurora Acosta: Actualmente estoy trabajando en lo personal como tatuadora y docente de arte en el Centro Municipal de las Artes, seguiré trabajando en la serie de dibujo de Recuerdo sin presencia con el basto archivo que aún me queda. Me gustaría volver a aplicar el próximo año al SACPC (antes Fonca) con un proyecto alterno que he tenido en mente desde hace unos cuantos años, seguir activa como artista, tal vez itinerar la expo actual para darle mayor proyección.

MARÍA AURORA ACOSTA: Egresada de la Escuela de Artes de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Desde su etapa de formación se ha interesado especialmente en la pintura, trabajando técnicas como el temple, el óleo y acrílico, así como trabajos de dibujo en técnicas tradicionales, mixtas y alternativas (bordado). Fue becaría del Fondo Nacional de Creadores en la categoría de Jóvenes Creadores edición 2021-2022. Ha participado en distintas exposiciones colectivas, destacando: “La Muerte y la Plástica” (ediciones 2015 y 2017), “Guías y Raíces” (ediciones 2016, 2017 y 2018), “60 años 60 obras” (2017), en el 1er concurso de artes plásticas “Arte y Agua” (2017) e “Idea y línea” (2018), “Mencionar lo dicho, callar lo obvio” (2021), In situ (2023), ´´En el principio´´ (2023). Así como sus exposiciones individuales: “Asumir(se); Ocupar; Despojar(se)” (2018) en la galería independiente “Lugar De” y “Recuerdo sin presencia; El caso de Joel Acosta” (2020) en el Estudio abierto de la Galería de Arte Antonio López Sáenz (GAALS), ISIC, Culiacán.

Su trabajo explora la memoria y el olvido a través del archivo fotográfico personal, retomando imágenes de la infancia cuestiona el rol de la fotografía como archivo en la vida cotidiana y el pasado. Sus intereses también abordan temas como la desaparición forzada desde una perspectiva personal siendo Joel Acosta su padre el personaje medular de las obras y la feminidad como un rol social impuesto.

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