Tres poemas de Ana Chig

Tres poemas de Ana Chig

POEMA PARA ENCONTRAR EL FUEGO

 

«Escribir un poema es ensayar una magia menor»
J. L. Borges

 

La madera blanda de la higuera
sortea el alboroto de pájaros comunes.
Los perros del barrio lamen bolsas,
dejan su lastimoso rastro de abandono.
Cuervos del día pasan como siempre amenazantes,
sus múltiples sombras planean en la habitación temprana.
Las paredes de ostra blancura contienen el frío ante la ausencia.
Este no es un lugar común,
los cuatro polos son umbrales de la conciencia:
río, centro, muro, ciudad.
Estamos expuestos,
como quien llega a un país deseado y se ve desnudo,
frágil, expuesto a la rumiante furia de altos edificios,
gente, vehículos y caos.
La poesía aquí es un trozo de yesca,
antigua chispa al tallo de una piedra ferrosa,
el trapo apalabrado de la ignición.
Para qué describir esta red de artefactos,
esta memoria insustancial como redención
ante una vida carente de fuego.
Tanta soledad nos hace volver a los espacios comunes.
El aislamiento siembra silencio, pesadumbre y cobardía.

Tijuana, 7 diciembre de 2020

 

EL FASTIDIO PROVERBIAL DE CADA DOMINGO

Los muertos de junio ciñen el amanecer,
aunque la ciudad es silenciosa a esta hora,
me niego a escuchar y ver, repetir canal tras canal
la misma nota de espectáculo, de cuerpos colgantes,
desmembrados, del asesino público, de la estampida
migrante agonizando cuerpo sobre cuerpo,
de las leyes proaborto en retroceso,
del fanatismo blanco, poderío blanco, negro, religioso.
Ayer, al Este de Tijuana, contemplamos la verticalidad
de una gran nube alzada como si Dios,
en el fastidio proverbial de todo domingo,
hiciera formas de blancura con su gran dedo celestial,
y nosotros con el mínimo esfuerzo de asombro — incrédulos —,
caminamos entre las piedras del callejón,
dimos nuevos nombres a la hierba y a ciertas espigas de
radiante trazo.
El día no fue laborable ni en los remedos del amor.
Algo se arrastra con las formas de verano, cierta necesidad de orden,
de viaje, de cambio de domicilio u otra piel
—esa emoción espontánea brotando entre las manos.
Da lo mismo, sucederá esta hora, lo sabemos,
podremos sobrevivir lo mismo que ese hombre dormitando
cada tarde bajo la bugambilia de su inmundicia y caos.

*Del libro Estanques de Arena, ISIC, 2022.

 

EL SITIO DE LOS DESAFECTOS

 

Este es el sitio de los desafectos.
Tiempo antes y tiempo después
T. S. Elliot

 

He reconocido la crueldad de abril,
sus múltiples flores y paisajes,
he reconocido cierto rostro y la contrariedad
de palabras sustraídas en lo inasible de tu boca.
Esto pides, una forma de ceguera al sujetar tu cuerpo,
un silencio sesgado cotidianamente
por impulsos e inercia a tus propias obsesiones.
Aquí en mi sitio, es decir,
la extensión de sueños y fronteras esculpidas
como espejo de un tiempo inmemorable
y testiga al fin, del deceso cotidiano,
de amores espectrales vueltos hacia sí mismos,
aquí, en este templo, solo habita una mujer
que da forma a columnas versales,
a la mudez de palabras tejidas
en complicidad de su propio desaliento.


Poeta, editora, creativa gráfica y gestora cultural independiente. En 2012 funda y dirige la revista mensual de poesía Frontera Esquina. Es directora de Nódulo ediciones y Juglaría, que publican poesía, cuento, novela, crónica y literatura infantil. En 2015 y 2016 forma parte del jurado para el Premio Nacional de Poesía Tijuana, convocado por el Instituto Municipal de Arte y Cultura. Ha publicado: La noche sobre el rostro (2010), Antología de poesía La Ciudad, encuentros y desencuentros (Nódulo Ediciones 2016), y Estanques de Arena (ISIC, 2022). Su obra ha sido incluida en las antologías: Canto a la sombra del venado muerto, antología poética, 2012; Anuario de poesía de San Diego, 2014, 2015, 2020, 2021; Antología de poesía Calco, 2014; Poetry of resistance, voices for social justice, 2016 y Lachinoamérica. Antología de autores Sinolatinoamericanos, 2022.